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El blog del Santi

Siria

Salir por ahí

14 de diciembre de 2007

 

Bueno, cuando dije mañana, no era mañana mañana, era la próxima vez que me conectase, y con eso cumplo, porque ayer al ciber le dieron por saquete. Me fui por ahí con los de clase, que había organizado una quedada el profe, a la que para sorpresa mía fuimos todos, menos el coreano y el turco, que andaría uno perdido y el otro rezando, pero fueron sustituidos por un griego y una griega que eran alumnos suyos el mes anterior y la que descubrimos era su prometida y no su mochila, que en árabe se dice muy parecido.

Nos hizo quedar a la puerta de uno de los hoteles más créeme de la créeme de Damasco, pero era mentira, no íbamos a su cafetería, sino a un local de frutas, que aquí son lo que se lleva los findes por la tarde noche, porque tuvimos que esperar para que el dueño nos dejara pasar. Y a elegir, batido de frutas, ensalada de frutas (lo que viene siendo una macedonia de toda la vida pero más tuneado, aquí se llama صلطة الفاوكه  ) con nocilla o sin nocilla… Es lo que tiene ser un país mayormente musulmán, no se van a poner finos a cañas y oreja y choricito antes de salir. Después de pagarlo todo él –o se estira mucho o aquí los profes de universidad cobran bien- en el garito donde le llamaban “maestro Wizsam” nos llevó de paseo por la zona esa, que sería más o menos como Sol, no por lo céntrico sino por lo comercial, a deambular hasta que fuese hora de ir al cine “a ver una peli americana, que árabe ya tenemos suficiente en clase”.

Y una polla con cebolla, se le piró la pinza porque miró el cartel pero no el título, y nos tragamos una movida de dos horas de un jamado que se iba cargando basca y liándose con pivas, y aparte de él y su piva no nos enteramos ninguno de que coño iba la peli, pero bueno, estuvo curioso. “Traición justificada” se llamaba la peli. Si alguna vez tenéis oportunidad de verla, que lo dudo, no tenéis porqué hacerlo. No merece la pena.

Para desquitarnos, los que quedábamos, pues las rusas y la lituana se habían pirado antes de la peli, y un par de yankis se piraron después, los que quedábamos, que no éramos pocos, nos fuimos a casa del Ilyas a privotear un rato, tintillo de la casa Siria, que no está nada mal.

Ahí tuve oportunidad de conocer más a la basca de mi nueva clase. Yo siempre tan rápido, a 4 días de que acabe el curso, pero bueno. Y casi todos los que me caían mal me cayeron bien. Para empezar la yanki hispana que hablaba como un político, y era coleguilla de la Condolezza Rice –otra yanki que ya se había pirado, no sé si os conté la anécdota ya, la de que cuando estábamos diciendo porque era conocido nuestro país, va y suelta “por la libertad”- que resultó que hablaba español, y que era de origen guipuzcoano y cubano por parte de madre, pero como su padre era medio negro medio pie negro (por la tribu india, no por los punkis) pues no tenía mucha pinta de Ainoa Etxeberría. Luego los griegos, que no son de mi clase pero lo dan todo, la Astamatía y el Constantinos –romeros- jóvenes y majos, que hablaban inglés igual que yo. El Constantinos estuvo apunto de proporcionarnos el primer cotilleo desde que estoy aquí –imaginaos el coñazo de 3 meses sin cotilleos- porque estuvo a pico y pala con Georgia, una italiana de mi clase, anduvieron por ahí un poco perdidos deambulando 10 minutillos, pero al parecer al final no safó. Ya me enteraré, que tengo que ir a traducirle un mail que le mandaron a la italiana en español al ciber de aquí, que vive en mi calle, pero me da palo ser tan indiscreto.

Yo por mi parte creo que también triunfé, pero no quise atacar y ver si podía culminar la faena, porque los alemanes semiviejunos amanerados no son mi tipo –tampoco los españoles ni los bolivianos ni los turcos ni los de Burkina Faso, porque a pesar de todo, sigo siendo heterosexual-. El notas es muy majo y muy amable, pero me pone nervioso, vamos, los que me conoceis sabeis que no soy una persona prejuiciosa, pero digamos que si vamos andando por la calle si no puede ir a mi lado prefiero que vaya delante. Y aún así me tocó con el en el cine, y lo pasé un poco mal, se me acercaba demasiado para preguntar… no sé, y sus maneras. Claro, si supiera 100% que es gay nada más fácil que dejarle caer que yo no, para que desista de sus intentos y tan amigos, pero como sólo me podía basar en sospechas, aunque bastante fundadas, no era plan llamarle julas y hacerle sentir mal por no haber entendido que solo es bastante amaneradillo y yo un cabrón que le malinterpreta. Pero por lo demás un tío entrañable el Telman.

 

Ya en casa de Ilyas me fui juntando por afinidad mediterránea, y me hice bastante coleguilla del Constantinos, y la Georgia, las dos únicas personas que conozco que hablan inglés igual o peor que yo, y sin sentirme muy sujeta velas, pues al parecer el intento del Constantinos había fracasado, pero seguía quedando suficiente buen rollo para hacer una coalición mediterránea anti yanki y anti anglófona, aunque nosotros hablásemos en inglés, no nos esforzaríamos por dejar de hacerlo mejor de lo que lo hacíamos cuando hablásemos entre nosotros.

Además con la italiana puedo hacer uso de ese maravilloso don que Dios dejó caer a los españoles, italianos y portugueses, que nos permite entendernos hablando cada uno su lengua, si se hace despacio y con calma o borracho. Como pese a que aquí no entrene mucho 3 vasos de vino siguen sin ser suficiente para ponerme pedo, tuve que usar el método de la calma.

Cuando más animada estaba la reunión a mi parecer, los de mi barrio, que eran mayoría, hicieron por pirarse. Y yo pasaba de volverme sólo, además aunque nos quedásemos los “alma de la fiesta”, éramos demasiado pocos. Así pues les guié hacia los taxis, y yo me pillé el primero huyendo del Telman con la Astamatía, el Constantinos y la Georgia, que además vivíamos por la misma zona de Bab Tuma.

El Constantinos se fue con los Lunnis que estaba to matao, y cuando vi que la italiana no tiraba por donde yo, aunque viva en mi casa me dieron “We are going to a party, do you wanna come?”. Me quedé con ganas de responer “What party? ¿La que te dan estas?”, pero es que en inglés no rima, y se tuvieron que conformar con un soso “no gracias, estoy matao” en inglés, que escondía un “y además ya he conocido bastante gente nueva por hoy y ha ido bien, no quiero estropearlo”.

 

Y todo este turrón es la causa de que hoy me haya levantado tarde, y esté tan tostado como para ponerme a escribir.

 

La paz esté sobre vosotros.

Cuando el tigre acaricia a la garza, el lemur se descojona

12 de diciembre de 2007

 

Estaba nublado en Shangai, como siempre en esta época del año. Los shangaieños salían a la calle con paraguas, pues como reza el dicho “la lluvia en Shangai es una maravilla, pero si sales sin paraguas y por sorpresa te pilla… el loto no se mecerá entre el bambú cuando la luna se reflejé en la espalda del dragón”, lo cual, si eres chino, significa mucho. O a lo mejor los chinos fingen que entienden esas movidas y en realidad tampoco tienen ni puta idea de que significan, pero quedas de loco cuando las sueltas.

Han Wao Mai estaba en su casa, pues su abuela no le había dado la paga, no podía comprarse un paraguas y pasaba de mojarse. Llevaba un rato largo ganduleando, poniendo a bajar porno en el eMule y buscando el crack del PES 2008. Cuando por accidente, no sabía como ni por qué, se sorprendió, y con los ojos como platos (o como hojas de pino, pues es bien sabido que eso de chinos y ojos cual platos….) se sentó en el sofá a tratar de asimilar lo que había encontrado.

 

El blog del Santi. Una página en la que el muy maricón en teoría pretende escribir casi a diario, pero como es tan perro lleva una semana, mínimo, sin actualizar.

 

Tras un rato sentado, el chino se dijo que, quizás, el Santi no escribiera porque últimamente la tostaba demasiado.

 

Y tenía razón el jodío.

 

En esta última semana no he contado nada porque no me parecía que hubiera nada que contar. Y me daba pereza sacármelo de la manga.

Damasco ha perdido su gracia. En invierno tiene bastante poca. Los fines de semana no hay nada que hacer, y el único rato medianamente entretenido entre semana es el de “Eh Ikem, let`s take a beer”, que al parecer no está del todo bien dicho en inglés, pero el Ikem lo entiende, le hace gracia y ya lo usa él mismo. Nos vamos cogiendo aprecio, y va a ser duro para el pobre Ikemifune pasarse las navidades sólo en Damasco. Se está haciendo colega de su profesor de árabe, pero éste pasa mucho tiempo viajando al norte y a Turquía, pues al parecer anda bastante en el ajo del PKK, algo así como el Batasuna o el Sin Fein o el Hamás de Kurdistán. Hay muchos kurdos aquí, pero en general pasan bastante del tema. Dentro de lo que cabe, Siria es de los que menos les jode, y de los que tiene en su territorio un cacho más pequeño del Kurdistán. Están jodidos los pobres hombres. El cabrón de Saddam les gaseó, los turcos mantienen una guerra encubierta con ellos, los sirios  y los iraníes no les joden abiertamente, pero evidentemente no les dan ningún apoyo, y tienen el país lleno de minas –veos la peli “Las tortugas también vuelan”- y ni un duro. Pero ahí están. Estaban en el momento inoportuno en el lugar inoportuno cuando acabó la primera guerra mundial y cayó el imperio otomano. Casi toda la basca de la zona se quedó con su país, pero a ellos aunque tenían su lengua de toda la vida, su escritura, su “ser kurdos”, les tocó quedarse a cachos entre otros países. Lo cual no sería del todo malo si les hubieran tratado como a los demás ciudadanos de esos países, pero son kurdos para lo malo, para que les traten como a extranjeros y gente de segunda, y no para lo bueno.

 

Bueno, más noticias frescas del Ikemifune, que los viernes va a la mezquita con un coleguita al rezo. El coleguita privotea y tal, pero sigue yendo al rezo, y el Ikem se culturiza.

Pero al parecer ahora hay un sheikh nuevo, un imám, el tio que da el sermón mientras o después del rezo en sí, que está bastante quedado, que se pasó su rato de gloria del viernes gritando “!!Almud amerikia, almuud britania, almuud yahud!!” (muerte a América, muerte a Gran Bretaña, muerte a los judíos, básicamente) y encima con los altavoces con los que llaman al rezo encendidos, dejando a la gente que paseaba por la calle to loca.

 

En lo que a mi vida se refiere, que tendré que hablar algo, poca cosa. Un costreillo, aunque al menos las clases ahora molan más, el profesor es un crack, y se queda hablando y fumando fitis con nosotros en los descansos en el pasillo. Hablamos de las mujeres que se cubren la cara entera, como un burka pero sin rejilla para los ojos, que parecen los penitentes de la procesión de mi pueblo. Y de las otras que dejan sólo los ojos sin cubrir, pero se ponen gafas de sol. Como la gente es muy europea y muy tolerante, cuando les dices la mierda que es eso te salen con “es otra cultura”, y me moló que fuera el propio profe, que es árabe, aunque creo que cristiano, no estoy seguro, el que les soltó “Pues si esta es mi cultura menuda mierda. No hay por donde cogerlo, lo siento, pero es que me parece una mierda” –transcribo casi literalmente-.

Aunque en general el ambiente es más distendido, nos pone canciones y nos da la letra, cantamos en clase, él baila y hace el gilipollas, y lo mejor, enfoca el aprendizaje del árabe a conocer la cultura siria, con lo que aprendes más rápido, porque estás usando lo que ahora comprendes para saber cosas que antes desconocías, y por tanto te interesan. Porque vamos, “mi mamá me ama” lo aprendimos el primer día. Mola más saber que comen tres veces al día, por lo general, a que horas más, si les mola celebrar su cumpleaños en casa, en la disco o en el casino –aunque lo del Casino les apesta bastante, al parecer aquí en Damasco es un antro de perdición bastante decadente-, y yo que sé, ese tipo de mierdas, no sólo aprender a decir cosas que ya sabes, sino aprender cosas y a la vez como decirlas. Yo me entiendo.

 

Y bueno, con estas mierdas he perdido el hilo, seguro que me dejo mil movidas en el tintero, pero así no tengo excusa para no escribir mañana.

 

FRASECILLA DEL DIA

“Deja que fluya todo. Los sentimientos, cuando quieren salir lo hacen de una manera tan sigilosa y tan bonita que es mejor apreciarla que oirla”

Una que sabe mucho, no sé si le han dado el Nobel de literatura ya.

Hoy estamos tontorrones.

A ful, pero sin burn

A ful, pero sin burn

Este es Joe Mantegna. Sale en "El peque se va de marcha", y no le recuerdo de más pelis, pero en el 90% hace de mafioso. Hay un tendero en mi barrio que es clavao clavao.

 

30 de noviembre de 2007

 

Is the Super Boy, super super boy. I come from the islaunds, I go for hiufrein. Todas para mí.

Así cantando se fue el colega Llojans al Marine Club. Bueno, lo iba cantando en su cabeza, porque en realidad nadie pudo oírlo. Además parecía un poco cabreado, porque por unas o por otras los demás habíamos pasado de ir al Marine Club –club al que van los marines cuando salen de currar en la embajada americana-, bien por falta de pasta, bien porque pasaban de marines…

Los demás éramos el Ikem, el Ilyas, el Macflai, el Primus y yo. El Primus es la última adquisición, un esloveno coleguita del Ilyas aunque más joven que nunca desaprovecha una oportunidad de ponerse fino, ponerse del revés. Menudo cejacas.

Nos estábamos pensando lo de ir al Marine Club, o que hacer en su lugar, cuando apreció Alessandra, una de las italianas de clase, a la que solo entendíamos Ilyas y yo, porque pasaba de hablar inglés, y como es maja y además es una piva –no es ningún pivón, pero después de llevar 2 horas y media juntos un grupo de 6 pives, acapara atención- nos entretuvo con sus “porca miseria” “mamma mía” y toda la pesca un rato. Rato que aprovechó el Llojans para pirarse el sólo, al ver que no triunfaba la moción, y yo para convencerles de irnos de “botellón”. Nos fuimos a pillar unas birras al la tienda de Joe Mantegna –o de uno que es clavao- y a beber a los bancos de Bab Tuma. Como había una pancarta de los comus, que se les debía haber olvidado de su mini mani de por la mañana nos pusimos a cantar canciones de comus y hacer el notas hasta que los maderos de la comisaría que estaba enfrente nos dijeron que un poquito de por favor. Acabado el momento musical nos pusimos a charlar de mierdeces. Bueno, yo sobre todo escuchaba, que así aprendo inglés. El Ilyas se la jugó un par de veces diciéndole al Ikem que no era negro, que era marrón, pero como había confianza la sangre no llegó al río. El Primus colaboraba mejorar el ambiente hablando de privar a muerte, mear en la calle y parecerse a Sid Vicious –porque el cabrón se parecía bastante- con su acento esloveno, que queda muy como de pirata de Piratas del Caribe.

Lo único con lo que no contábamos a favor era con el clima. Cada vez estábamos más fríos, ellos más que yo, porque previsor botellonero experimentado como soy me había hecho con un par de Pandas de 10º que activan la calefacción interna, y dan color a la cara.

Según iba pasando el tiempo, viendo el escaso ambiente que había por la calle, que ninguno teníamos pasta para gastar en los clubes (pubs, garitos, vamos, no putis como en Beirut) que es como los llama la gente en el extranjero, o bien queríamos darle un mejor uso, fueron apareciendo los primeros desertores. Había entre nuestras filas gente sin el ánimo (o el alcohol) suficiente en la sangre, para decir de todo corazón “voy a quemar la night, a ful”. El primero en desertar fue el MacFlai, que ya está mayor, con sus 33 tacos tan bien llevados que parece poco mayor que yo, para esos trotes.

En un momento dado, el Ilyas y el Primus (inter pares) chindaron, quedando sólo un triste reducto de juventud. El Ikemifune y yo.

Pues si bien habían acabado con casi todos nosotros, y los oscuros espiritus de la piltra y el costreo avanzaban sin encontrar obstáculos, estábamos decididos a morir con las botas puestas, y la lata de medio litro en la mano.

 

Morir o ver que hacíamos, porque nos entró el hambre, y mirando a lo lejos, encontramos la salvación, la energía que nos apartaría del catre.

Garbanzos.

Garbanzos con yogur –no es yogur exactamente, pero es lo que más se aproxima para explicarlo-, garbanzos con alubias y caldo, crema de garbanzos (homos)… Bien acompañado de guindillas, pepinillos, la cosa morada que sabe a mierda y que nadie se come, y un ambiente acogedor y familiar.

Ah, y calefacción.

Saciados y contentos, nos pedimos unos tés para verlas venir. Lo que más le gusta al estómago, birras infernales de oriente medio de alta graduación, garbanzos y té. Recomendado por 9 de cada 10 médicos declarados culpables en procesos por negligencia.

Y en estas que me llama el Llojans, que seguía en pie, que cuantos resistíamos y dónde andábamos.

Como él andaba en Bab Tuma no tardamos ni 5 minutos en encontrarle.

Yo le saludé, Ikem le saludó y se despidió. No le quedaba más black power por esa noche, y se fue a soñar con Malcom X.

Así pues, el Llojans, con arrojo y valentía de marine, ya que venía de estar rodeado de marines, fue el que tomó la iniciativa y dijo “vamos a por más birra”.

Horror. Joe Mantegna había cerrado. Pero el joven recluta Santi no se rindió. Decidió ser el primero en acordarse –primero y último, éramos dos y el Llojans ni siquiera sabía de la existencia de lo que yo me acordé- de la tienda de la vuelta de la esquina que solo vendía fitis y priva, tarareando a Georgi Dan con un alemán.

Sólo ofertaban Heineken –descartado beber gaseosa-, una broza infecta que era la única cerveza siria, y Ámsterdam 12’3º. Al final iba a volver fino a keli.

La cosa quedó en acabarnos las birras en la calle, “fumando fitis y haciendo ruido”.

Y a las 4, muerto de frío, a planchar la oreja. Oye, al menos, había salido un rato.

 

CURIOSIDADES DE AQUÍ

El Muhabarat puede estar en cualquier parte. No hables de política en los pasillos de la universidad.

 

FRASECILLA PARA PENSAR

“Incurrir en el pecado del silencio cuando se debiera protestar, hace cómplices y cobardes a los hombres”

 Chou en Lai. Otra de chinos, que no paraban los cabrones. En China si a los 30 no tienes una frase para poner en tu lápida, no eres nadie.

 

PD: La basquita es la polla, hoy no he ido a clase porque estaba malo y me han llamado el Llojans y el Ilyas, para ver como estaba y si necesitaba algo. Unos cracks. Se merecen una mención especial. Por lo tanto:

LES MENCIONO ESPECIALMENTE.

Good bye Hariri

Good bye Hariri

27 de noviembre de 2007

 

Ayer tocaba perrear. Para no variar.

 

Me había quedado con que Ikem y yo volvíamos a nuestra habitación del hotel, sin casinos, y sin putas. Y Llojans todavía no estaba allí. Puesto que era casi la 1 nos empezamos a preocupar un poco. Además cada vez llovía más, y nos iba dando penita, por lo cual estábamos inquietos y preocupados. Bueno, por eso y porque con la lluvia y el viento sólo funcionaba un canal de la tele. Así pues pasaban los minutos, yo fumaba fitis y el Ikem se iba quedando sobado. Dado que tampoco íbamos a ponernos a llorar por él, todo apuntaba a una triste y tempranera doblada de oreja.

Y sonó el timbre….

Y que misterio ni que niño muerto, era Llojans, claro.

El maricón me hizo un gesto raro y gruñó algo –todavía no me había perdonado haberle tenido 4 horas andando por la mañana- y pasó, algo mojado pues ya llovía bastante.

Le contamos lo de la tele y no se sorprendió. Sólo nos dijo “Mirad por la ventana”.

Le hicimos caso, y flipamos. Las palmeras estaban inclinadas y la corriente de los riachuelos formados por la lluvia en la calzada iba cuesta arriba, por la fuerza del viento que venía del mar.

 

28 de noviembre de 2007

Y sigo, que ayer yo que sé, no di pa’ más. El tema, que el tiempo estaba preparando una buena. Al menos, pensé –y me dolió la cabeza por ello- a nadie le apetecería atentar o provocar disturbios con ese tiempo. Aunque bueno, a saber, porque no ponían nada en la tele. Bueno, a lo mejor ponerlo lo ponían, pero la parabólica debía estar bailando la polka en la azotea. Visto lo visto, decidí ir a ver que ponían en el mar. Me enfundé el chambergo (bueno, me puse el forro polar, pero es que me encanta la palabra chambergo) y me bajé a la calle, dejando al par de europeos costrosos esos en la habitación, no sin dedicarles un “Creía que en Alemania llovía más” y un “¿Tú te dices tropical, negro?”. Una vez en la calle miré al cielo desafiando a la naturaleza a que lanzase sobre mí todo lo que tuviera. Instantes después miraba al suelo, pues la naturaleza no había necesitado más que tirarme mucha mucha lluvia en la cara, no dejándome ni abrir los ojos. Ella ganaba, como siempre.

El resto del camino desde el hotel hasta la costa -100, quizá 150 metros- lo recorrí caminando de lado, de espaldas o encorvado, pues el viento me seguía enviando la lluvia directa al jeto. Me sentía un poco un Ulises de andar por casa. Desafías a la naturaleza y te hace una de “pa’ que vuelvas”. Pero bueno, mi Ítaca, la habitación del hotel, no la iba a dejar a más de 10 minutos, y no pensaba meter un pie en el agua. Poseidón, tu pierdes.

Llegué al mirador y me asomé a ver el espectáculo de las olas rompiendo contra las Pigeons Rock, la tempestad embistiendo contra la línea de costa….

Vamos, olas de metro y medio y basura agitándose un poco, dentro de una bahía no daba para mucho más. Un fiti bajo la tempestad que precede a la calma, así para dármelas de duro ante mis espectadores –una rata enorme y un barrendero que me miró de reojo con indiferencia- y corriendo al hotel, esta vez con el viento a favor a cambiarme de ropa que estaba empapado.

Estos seguían ahí tostándola, y yo me ví capacitado para tostarla como el que más. Así que de cháchara hasta las 3 que me llamó la piltra. Como os echo de menos colegas, lo dais todo, hablais español, que es un idioma mucho más fácil de seguir en las chácharas. Al menos para mí, quizá no tanto para un esloveno, pero a mí me resulta de lo más sencillo. Se maquean charlas muy tutis en español.

 

 

Amaneció. El Sol se fue levantando. Se levantó más. No nos importó, estábamos sopa. A eso de medio día nos pusimos en marcha para que no nos cobrasen otra noche de hotel, y con nuestro equipaje a cuestas nos fuimos a  seguir deambulando, por la “cornise” que en inglés significa el paseo marítimo.

A la lejanía divise la cabeza de un notas saliendo del agua, lo cual teniendo en cuenta mi miopía no deja de tener mérito. Una vez la lejanía se convirtió en cercanía –gracias al sofisticado método de andar en dirección a lo que se considere lejanía- comprobamos con asombro y regocijo que eran unos viejos bañándose.

Apenas tardé 5 segundos en ponerme a averiguar por donde se bajaba. Otros 5 tardé en averiguarlo, 10 en bajar, y otros 10 en quedarme en gallumbos. 5 más en salir corriendo para meterme en el agua. 3 para levantarme después de la hostia que me al resbalarme sobre una superficie cubierta de algas resbaladizas, 15 para escuchar las explicaciones del viejo que me indicaba por donde llegar al agua sin matarme, y voila, estaba nadando cual pececillo. El Ikem y el Llojans dijeron que pasaban, pero más que nada porque son unos sucios cobardes. Cuando vieron que no me pasaba nada y les convencí de que el agua estaba buena –y no les mentí ¿eh? Estaba de puta madre, templaíllo mediterráneo- se decidieron también. Llojans de hecho me hizo salirme para tomarle fotos bañándose para enseñarlas a su familia en Alemania -que supongo serán de los que no se bañan en ningún sitio en el que no les cobren por ello o no haya un cartel que diga “Aquí puede usted bañarse”- para asombrarles con su audacia.

Así gastamos una hora y media de nuestro día en el ocio marítimo, y con fuerzas renovadas decidimos dedicar el resto en nuestro amado y usual deambular. Unas fotos del anochecer, una de que nos echasen los militares por fotografiar su secretísimo faro con un gran cartel que decía “FARO” y su forma de faro. Y tiramos la casa por la ventana, un taxi a la estación de autobuses, a la apestosa de debajo del puente.

Surprise, no más bules to Damascos. Una de taxi, porque nuestro visado expiraba a media noche. Por 500 libras cada uno, aceptamos, no nos iban a sacar de pobres. Lo único malo esperar a que el taxista cazase a otros dos incautos para llenar su taxi, un Dodge Coronette hiperguapo por cierto, en aquel pútrido agujero que es la estación de Beirut. Cuando fui a mear a los baños de allí, me comporté como un hombre, pero ahora me dan ganas de vomitar cada vez que me acuerdo. Paso de describirlo.

El viaje muy guapo, como entre colegas, practicando nuestro árabe con Mahmud y Mamón (que cabrones sus viejos, vaya nombrecito), y otra vez en keli.

C’est tout, mes amis. La guerre á Beirut est trés proche a commencer, la semaine prochaine, peut etre, mais nous sommes tranquils en Damascus.

 

 

LA VIDA SIN VIAJAR TAMBIÉN DA QUE CONTAR

Aquí en Damasco ya empecé las clases de nuevo. En una clase más grande, vamos, con más basca, toda nueva menos el francés, el Elías y la lituana, y en el sótano, que es donde están los guays. Los de primero arriba que son todos unos pringaos. Tenemos un antro-cantina, un aula pequeña reconvertida donde dan nescafé, patatas fritas y galletas.

Y más cosas, pero acabo de caer en que me da pereza escribirlas, y a vosotros os va a dar pereza leerlas del tirón con lo de hoy.

 

Asín que finiquitando

FRASECILLA PARA PENSAR

“En la lucha con un adversario superior, la retirada no es ninguna vergüenza”

 I. Ching  

Lo dijo un chino, y como todo el mundo sabe, los chinos tienen siempre más razón que un santo.