Vidas ejemplares II: Alexandru D.
Ciudadano berciano, origen rumano. Tenía 16 años allá por 2004. Ahora tendrá 25. ¡Coño, que viejo me acabo de sentir! Puede haber llegado muy lejos o estar muerto.
Su historia la puedo construir con más detalle, pues le vi a diario durante un mes y medio, y aunque en su momento habría preferido echarme las siestas que interrumpió, hoy al menos puedo decir que me sirve para meter otra chapa aquí.
También fue en el verano de las "bases de acampada", también en Vega de Valcarce, en el camino de Santiago.
Nunca llegué a enterarme de como llegó allí de la mano de su madre desde su Bucarest natal. Sé que su madre estaba enredada, en plan formal aunque no sé si casada, con un paisano de la zona. Y que Alexandru tenía "primos" que le incluían en sus actividades lúdico festivas.
Pero empecemos por el principio. Nació en Bucarest en 1988, y según me contó, creerlo o no allá cada uno, tenía alguna imagen grabada de la caída del comunismo y el asesinato (ajusticiamiento) de Ceaușescu, aunque no tenía 2 años cuando le mataron. Quien sabe si lo vio en la tele después.
No sería fiel a la verdad decir que era amado y odiado a partes iguales. En general era más odiado. Despreciado quizá exprese mejor el ánimo de gran parte de la juventud hacia él. Pero con cariño. Su actitud de mafioso del Este no debía ayudar mucho en una pequeña y tranquila comunidad donde la mafia se situaba lejos. Concretamente en las montañas de los Ancares desde donde se distribuía la coca que llegaba de Galicia por toda la región y parte del extranjero.
Sé que me voy a dejar muchas cosas en el tintero, pero es que cuanto más completa es una historia, más difícil es de estructurar (según estoy descubriendo ahora mismo), así que trataré de ilustrar su proceder y sus circunstancias con dos anécdotas que recuerdo con mejor detalle.
1.- Me encontraba sentado en la orilla del río viendo el césped crecer con el único hospitalero y amigo que me acompañaba en aquel momento, hoy poco más que un recuerdo y alguna novedad en Facebook, cuando vimos pasar por la orilla de enfrente al Sr. Alexandru con 48 latas de cerveza, en dos packs de 24 (hay detalles que nunca se olvidan).
- ¡Rumano! ¿Dónde vas con eso?
- Me las voy a beber todas, que estoy muy rayado. (Imprescindible ponerle acento berciano. En caso de no conocerlo, úsese gallego)
- ¿Y qué te pasó Rumano? (A nosotros se nos puede poner también acento berciano, nos integramos bien)
- Pues que anoche me llevaron mis primos a putas a Barjas -en verdad dijo un pueblo al otro lado del Cebreiro, ya en Lugo- y me fui con una brasileña, pero como duré 30 segundos pues nos quedamos hablando, por no salir y quedar mal con mis primos y sus amigos. Y creo que me he enamorado. Tengo que pensar como la saco del club, que está muy jodida y ella quiere cambiar de vida.
Y como le encantaba que los planes salieran bien, pensó en pensar mientras intentaba beberse 48 latas de cerveza. Esa era su lógica.
Al día siguiente, o al otro, se enteró de que la puta estaba contenta en el club (Disney Pirata), y que se había estado riendo de él mientras comentaba los SMS que envíaba el Rumano declarando su amor con las compañeras de oficio y empresa.
No es de extrañar pues que el Rumano no quisiera ir haciéndose íntimo de nadie en la zona, visto lo sucedido cuando abrió su corazón.
Después llegaron las fiestas de San Roque, y con ellas la segunda anécdota, en este caso prueba del carácter intrépido y emprendedor del de Bucarest (gracias periodismo deportivo).
Al ser un pueblo pequeño, no había peñas propiamente dichas. Simplemente un grupo de jóvenes se organizaba para hacerse con un local y proveerlo de alcohol. Ese año se encargaba la Nina (hospitalera del albergue de peregrinos), su primo el Nin y otros de su grupo, pertenecientes a la generación anterior al Rumano -es decir, que tenían 5 años más que él de media, no que pudieran ser sus padres- y a él no le dejaron participar.
Un chaval normal habría pasado del tema, pero no Alexandru. El decidió hacer la competencia, y que ese año hubiera dos sitios a los que ir a ponerse ciego. Y además el montó el suyo con casinos y con furcias -juegos de azar y mujerzuelas, por si algún día me lee algún latino-. Bueno, para el casino no le quedó espacio, pero su ingenio y agudeza empresarial quedaron retratadas.
Hoy día la tendencia es a la externalización y a la división funcional, que os lo diga cualquiera de ADE. Alexandru, revolucionario, optó por la internalización y acumulación funcional. Dejando a un lado el lenguaje "técnico" -que no lo es tanto porque me lo acabo de inventar- lo explico con el ejemplo:
- Si contratas a una camarera y a una puta, tienes que pagar a la camarera y llegar a un acuerdo con la puta. Empresario moderno externalizador.
- Si pones a la puta de camarera hasta las 3 de la mañana en la que se sube a ejercer las labores propias de su formación profesional (a follarse a gente por dinero, vamos), a cambio de un porcentaje, te ahorras un sueldo y negociar con más gente.
Voy a ir publicando ya a sabiendas de que esto es una mierda, y según me vaya recordando la gente anécdotas, tenga más tiempo y me acuerde yo solo, voy editando. Y poniendo una despedida digna.