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El blog del Santi

Pastis, farla, polen jamón, crack

Pastis, farla, polen jamón, crack 17 de octubre de 2007

Ayer es que me dio pereza, no estaba inspirado.

Hoy, tras haber tenido al fin un día de éxitos, y haberme conseguido inscribir en mi curso a 10 minutos de que acabase el plazo de 15 días que había para hacerlo, me lo tomo con calma y sigo de viajes. Os los voy a contar todos, supongo que os sentiréis parecido a como nos sentimos en mi casa cuando llega mi abuelo a casa con un DVD titulado “Viaje a Elche. Asociación de jubilados del barrio de Universidad” y nos hace sentarnos con él a verlo. Yo simplemente lo escribo, y quien no quiera no lo lea, nunca lo voy a saber.

CRAC DE LOS CABALLEROS (Q’alat al Hosn, قلات ألحسن)
-El crack de los gitanos te está convirtiendo en un viejo verde Porrandalf –dijo Porruman convencido-.
-Pero es que el crac de los caballeros está a tomar por el culo.
Sale en todas las guías turísticas, panfletos de Siria, anuncios publicitarios del ministerio de turismo. Pero preguntad a alguien como se va a Crac de los Caballeros, decídselo en francés si queréis, aparece así en los mapas. Nadie tiene ni puta idea.
En la estación de autobuses de Damasco organizaron una convención, un concilio, entre los vendedores de billetes, consultando sus mapas, sus horarios, diversas ciudades, y al cuarto de hora nos dijeron que fuésemos a Safita, a unos 20 km. en línea recta de Crac asegurándonos que desde allí podríamos ir.
Tras casi 3 horas hasta Safita, descubrimos que allí también les era desconocido ese tal lugar que era Crac, pero hurgando bien en el mapa descubrimos que había un pueblo pegado, o quizá fuese lo mismo, el tal Qalat al Hosn, y conseguimos quien nos llevara. Al principio nos sentimos estafados ya que nos cobraron 100 libras a cada uno, 400 en total, y estos estuvieron tocándome los cojones un rato con que siempre me dejaba timar, mientras fuimos en la fragoneta hasta un cruce, en el que nos abandonó a merced de un viejuno y su Hyundai al que nos dijo debíamos pagar los 300 restantes, y llevándose 100, el fragonetero desapareció. Aún hubimos de recorrer cerca de 40 km. de carreteras infernales, que si bien por un lado me marearon con su persistente sinuosidad, me animaron, pues pocas cosas gustan más en este mundo que tener razón y poder deciros “Joderos, esto vale 100 libras por cada uno por mucho que regateemos, a ver si dejamos de tocar los cojones con lo de timable”. Pero tampoco insistí mucho con el tema porque la verdad es que el castillo nos dejó flipados. Se conserva prácticamente entero y es grande de cojones, con su muralla exterior, su zona intermedia y el castillo propiamente dicho. Lo malo que llegamos a las 2 y cerraba a las 4, por lo que tuvimos que verlo con cierta prisa, haciendo que las paradas para fiti fueran de un solo fiti, y no pudiendo apreciarlo todo con el detenimiento que hubiéramos deseado. Pero vamos, que es la polla el sitio, bien merece 6 horas de viaje.
Eso sí, ahora tocaba volver, que vete tu a saber como coño.
Pillamos la última furgoneta que salía a Homs, la tercera o cuarta ciudad del país, asi grandecilla y desde la que era mucho más fácil llegar a Crac, aunque al parecer los de la estación de autobuses de Damasco no lo sabían. Allí janfamos algo y nos subimos en marcha a un autobús que se estaba yendo a Damasco, y que nos costó tan sólo 50 libras siendo un viaje de 200 km. Aunque el resto lo pagamos en sufrimiento, yo sentado al borde de las escaleras de la puerta trasera del autobús, con un gordo semirretrasado aplastándomelas cada vez que se dormía y babeaba, y Álvaro y Jorge sentados en dos taburetes en medio del pasillo rezando para que en todo el viaje el autobusero no se viese obligado a dar un solo frenazo. Pero volvimos sanos y salvos, y la salud es lo más importante en esta vida que el amor y el dinero ya vendrán después.

Con esto hasta mañana. Si venís a Siria no dejéis de visitar Crac, manque cueste.

FRASECILLA PARA PENSAR
“Escucha Nota, unas veces te comes al oso, y otras veces el oso te come a ti”
El vaquero del Gran Lebowsky. 1998

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